Las lógicas contemporáneas han devenido en la transformación de las regiones históricamente configuradas, en medio de un escenario donde se concatenan dinámicas socio-políticas y procesos de mundialización-globalización, dicho entrelazamiento, da como resultado complejas morfologías de organización socio-cultural y actitudes adaptativas/reactivas frente a las dinámicas económicas y poblacionales de las regiones. En esta medida, lo regional está tomando nuevos cursos como respuesta al des-montaje y reconfiguración de la idea de Estado-nación moderno, lo cual ha requerido fundamentar estas dinámicas desde sus morfologías y localizaciones históricas. Con este panorama, Colombia no ha sido ajeno a dichas dinámicas y ha dado inicio desde los años 90’s a procesos institucionalizados de ordenamiento territorial, en donde las dimensiones culturales, económicas, políticas y ambientales han tenido protagonismo, unas más que otras, en relación a los intereses gubernamentales de cada época, más que a las decisiones basadas en información precisa de los territorios.